miércoles, 6 de mayo de 2015

El apuro de llegar temprano a ti.

Todo empezó por mi apuro de llegar temprano a clases, y fue cuando decidí bajarme del autobús porque estaba segura de que caminar seria más rápido...

Y entonces ese día, en esa calle, a esa misma hora, nuestros caminos se encontraron.

Y sucedió...
cruzando aquella calle,
venia él,
y su sonrisa que irradiaba luz,
me iluminó.

Entonces yo,
una chica que ya no creía en el amor, pero aun así con ganas de amar...
caminando por las calles con la sonrisa guardada en el bolsillo,
caminando por las calles sin esperar ser encontrada.

Y nosotros caminábamos, quizá también sin esperar, 
que justo en ese instante,
todo se detendría...

Todo coincidió para que nuestros caminos se cruzaran, 
para luego descubrir este sentimiento inexplicable que apareció sin ser buscado. 

No se trataba de llegar temprano a clases, se trataba de llegar temprano a ti.
De llegar temprano a encontrarnos, 
y después de eso,
todo se transformó.

Seguí caminando,
pero ya no con la sonrisa en el bolsillo,
seguí caminando esta vez con la sonrisa iluminada.
Ya no apurada, porque ya no hacia falta,
porque ya había llegado temprano, a nuestro encuentro sin avisar.

Seguí caminando, contemplando lo rara que me sentí, por ese nuevo sentir,
seguí caminando, con la alegría llenando mis pupilas,
con el presentimiento de que algo,
algo bueno sucedería,
con el sentir de que algo nos juntó para alegrar nuestros días
de que algo bonito estaba por comenzar...