miércoles, 12 de noviembre de 2014

Rumbo a ninguna parte.

Quiero escribir pero me detengo,
y miro la hoja en blanco. 
En blanco está esa hoja cuando mis sentimientos llevan montones de colores.
O tal vez sólo estén en blanco y negro,
tratando de encontrar su color

¿Por qué me cuesta tanto?
El aceptar que todavía existe algo en mi que te anhela.

Quiero encontrar las palabras para explicar este sentimiento,
pero tal vez le he insistido tanto a mi corazón diciéndole que por ti no siento nada,
que quizá ya ha empezado a creerlo. 

No lo se, todo resulta confuso y sin rumbo,
sin rumbo porque ya no hay vuelta atrás,
confuso porque pienso tanto en ese ayer
en ese ayer que ya no tiene ningún mañana

Y que aún sabiendo que este sentimiento no tiene rumbo,
sigo persiguiéndolo.
Y que aún sabiendo que no va a ninguna parte,
quiero conocer ese lugar.